Tras años de deriva, Pedro retorna desde Portugal a su pequeña aldea fronteriza en el sur de España. Un lugar donde la cotidianidad convive con la devoción, el mito y el flamenco. Un pueblo de ancianos donde Pedro siente la necesidad de reconciliarse con su origen.
Para unos sigue siendo un niño, para otros un borracho, para todos es igual a su padre, Pedro el Carbonero, desaparecido en su infancia.
Con pequeños gestos, paciencia y cuidados irá restableciendo la primavera perdida en su entorno mientras espera el momento oportuno para viajar donde más desea.